Hay un mito o creencia extendida sobre la vitamina C: se dice que su uso es perjudicial en las épocas de más sol, especialmente en verano. Este argumento se basa en la premisa de que la vitamina C provoca la aparición de manchas solares y esta afirmación no puede estar más alejada de la realidad.
Los productos que contienen vitamina C potencian la reconstrucción epidérmica y la regeneración celular de las zonas más perjudicadas por el sol. Así, consiguen eliminar gradualmente las manchas solares ya existentes en nuestra epidermis. Además, los productos con este activo son perfectos para utilizarse también en los meses de verano, a continuación te explicamos por qué.
Los beneficios de usar vitamina C en verano
La vitamina C no es un nutriente peligroso para nuestra piel en verano, ya que se trata de un componente que no es fotosensibilizante. Es decir, no es un activo dañino para nuestra piel, ya que es un ingrediente cosmético que no es afectado ni modificado por los radicales libres de los rayos solares. Asimismo, la vitamina C protege nuestra piel de su perjudicial radiación y nos permite lucir una piel perfecta todo el año.
En verano, es cuando la radiación solar es más peligrosa para nuestra salud cutánea. Los radicales libres que se producen con esta radiación son la principal causa del envejecimiento de la piel, especialmente del rostro, el cuello y el dorso de las manos (aquellas partes más expuestas al sol). Al introducir la vitamina C en nuestra rutina de belleza diaria, conseguimos neutralizar este efecto y mantener nuestra piel sana y joven por mucho más tiempo.
Vitamina C y protector solar: ¿son sustitutivos?
Si bien hemos dicho que la vitamina C actúa como barrera protectora frente a la radiación de los rayos UV (UVA y UVB), sigue siendo vital utilizar este activo junto a un producto con fotoprotección. Usar protección solar durante todo el año es indispensable para conseguir una piel hidratada y joven, independientemente de los otros productos utilizados en la rutina diaria de cuidado de la piel.
El 80% del envejecimiento prematuro de nuestra piel es causado por los radicales libres que produce la exposición solar. Es por eso, que para conseguir mitigar estos efectos debemos aplicar diariamente protector solar sin excepción (tanto en verano como en invierno). La fórmula perfecta para una piel limpia, luminosa, saludable y radiante es combinar la defensa de un buen fotoprotector con las cualidades y beneficios de la vitamina C.
Despídete de la hiperpigmentación
Este activo tiene muchos otros beneficios que pueden ayudar a mantener y mejorar la apariencia y la textura de nuestra piel. Una de las principales propiedades que posee es la capacidad de inhibir la tirosinasa, principal enzima responsable de la pigmentación de la piel. Gracias a este atributo, la vitamina C previene con éxito la formación de nuevas manchas.
Y no solo eso, sino que este reconocido ingrediente también tiene la capacidad de aclarar considerablemente las hiperpigmentaciones preexistentes en nuestra piel, aquellas causadas por una exposición al sol sin ningún tipo de protección. El resultado: una piel con un tono uniforme y un aspecto jovial y luminoso.
¿Cómo elegir el sérum perfecto?
Aunque la vitamina C es un ingrediente muy beneficioso para nuestra piel, debemos tener en cuenta que se trata de un activo que hay que emplear con cuidado. Debemos fijarnos en su composición para asegurarnos de que no irrite nuestra dermis, especialmente aquellas personas con una piel más sensible. El nuevo Intensivo Sérum Vitamina C² es ideal para todo tipo de pieles, ya que contiene dos tipos de vitamina C: la vitamina C pura y la pro-vitamina C.
La pro-vitamina C o ascorbilo glucósido es un derivado de la vitamina C mucho más estable, cosa que permite que la vitamina se libere de forma gradual en la epidermis. Al no degradarse, lo que consigue es estabilizar las propiedades del activo principal (vitamina C pura) y prolongar la duración de sus efectos, favoreciendo la síntesis de colágeno y elastina. Su eficacia inmediata y prolongada hace que este producto sea perfecto para utilizar durante todo el año.
Para evitar su oxidación y mantener todas sus propiedades es imprescindible conseguir una buena formulación del producto y conservarlo en un envase opaco que cuente con dos fases de conservación.
De esta forma, podremos garantizar la frescura del producto desde el primer hasta el último día.” - Marta Vilavella